domingo, 20 de octubre de 2013

Diario- Adriana Lozano Martínez

Soy una chica llamada Kendy. Tengo quince años, mis padres murieron en un accidente, soy una niña huérfana que vivo con un amigo, Aitor, es un chico muy honesto y desde pequeños somos muy amigos. Un día decidimos irnos al barco de Colón, eran tres calaveras “La Niña”, “La Pinta” y “La Santa María”, con Colón y su gente, para ver América
Día 11 de octubre
La llegada al barco…
Nos despedimos de nuestra “casa”, cogemos la ropa y nos marchamos al barco para zarpar a América. Ya que en el barco no dejan entrar a mujeres, me hice pasar por un hombre.
Salimos al atardecer. Por el viaje nos enseñaron nuestras habitaciones, conocí a nuevos amigos…
Ya era el anochecer cuando todos estábamos durmiendo y el vigía desde la cofa, gritó ¡tierra! Un disparo de cañón sirvió de aviso general, todos gritamos de la emoción…
Queríamos llegar a América para ver cómo era, ya que para nosotros era un viaje gratis. En esa misma noche salimos todos de los camarotes para celebrarlo de que íbamos a llegar. Allí conocí a un chico, Dimar el sobrino de Colón, que me empezó a gustar, solo que él no sabía que yo era una chica, pero por lo menos lo conocí
Día 12 de octubre
Por la mañana, nos aproximamos a la isla, y nos íbamos preparando para desembarcar.
Cuando llegamos fuimos muy amistosos con los habitantes de allí, a los que Colón denominó “Indios”, y ellos fueron muy nobles con nosotros.
Fuimos investigando e investigando… Yo cada vez más enamorada de Dimar, hasta que a escondidas le dije quién era. Él me juró que no se lo iba a decir a nadie, ni a Colón, ni nadie.
Día 2 de noviembre
Los “Indios” por muy buenos que fueron con nosotros nos decían que éramos unos machistas porque no admitíamos a mujeres. Nosotros pasábamos de ellos y seguíamos por nuestra ruta hasta que me enteré de que Dimar me decepcionó, fue un traidor y se lo dijo nada menos a Colón, yo me decepcioné mucho con él. Dejé de hablarle y Colón me dijo que me iba a echar.
Dimar me dijo que se lo contó para que yo no estuviese escondiendo quien soy. Él pensaba que Colón no haría eso. Estuvo convenciéndolo, pero nada.
Día 24 de noviembre
Colón estuvo pensado sobre mí, y pensó que una chica le salvaría del machismo que los “Indios” decían que éramos y para que todos estos días nos trataran bien… ¡Me dejó quedarme!
Dimar me dijo que él sabía que Colón no le iba a defraudar y que él se lo dijo por mi bien. Le perdoné por todo lo que ha hecho por mí.
Día 26 de noviembre
Dimar y yo nos hicimos muy amigos, y Aitor estaba alucinando del viaje, las cosas que pasaban, los lugares que veíamos…
En el fondo Dimar y yo estábamos muy enamorados aunque sabíamos que el pertenecía a la riqueza y yo no, ya que no tenía padres. Estábamos hechos por almas distintas.
Los “Indios” nos invitaron el día entero a pasarlo con ellos, para conocer sus costumbres.
Jugábamos a numerosos juegos en el agua, en especial, nos encantó un juego con la pelota, nosotros no sabíamos que era eso pero vamos nos encantó jugar con la pelota.
Luego a la hora de comer, la comida estaba deliciosa, comimos yuca, aguaje y de postre nos dieron ají, eso a mí no me gustó nada porque era muy picante, pero lo demás estaba buenísimo.
Al atardecer estuvimos conociéndonos y nos dieron la receta de una bebida dulce que hacían a partir de la yuca.
Nos lo pasamos muy bien con los “Indios”
Día  3 de diciembre
Investigábamos la Isla sin que los “Indios” se enterasen, hasta que Colón nos dijo que vio un mapa en el que salía donde estaba enterrado un tesoro.
En el barco nos anunció que al anochecer iríamos en busca del tesoro.
Ya se estaba haciendo de noche, salimos a buscar el tesoro cuando todos los “Indios” estaban durmiendo. Hasta que nos encontramos a uno y nos escondimos muy rápido, resultaba que tenían un vigilante. Nos tuvimos que marchar. Todos muy tristes
Día 20 de diciembre
Le avisé a Aitor y a Dimar para ir a este mediodía cuando todos los “Indios” se reunían para comer, incluyendo el vigilante.
¡Pudimos coger el tesoro! Nos llevó horas para encontrarlo. Fuimos al barco y les dimos la buena noticia, todos nos felicitaron. Cuando lo abrimos había mucho dinero, el suficiente para repartirlo entre todos.
Día 2 de enero
Estuvimos celebrando en el barco el encuentro del tesoro. Hasta que Dimar se acercó a mí y me dio un beso. Me quedé alucinando.
Día 4 de enero
Nos fuimos ya a España, Dimar y yo nos despedimos. Lloré mucho pero le dije que en el próximo viaje lo veré.
A Aitor y a mí nos dieron el suficiente dinero para vivir bien como una familia, éramos como unos hermanos.
También he aprendido:
- nuevas palabras como, mi otro corazón-amigo y olvido-perdón.
-Y que mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas, ¡habrá poesía!


     CONTINUARÁ…         

Adriana Lozano Martínez

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